miércoles, 25 de abril de 2018

ENTREVISTA EN CAZARABET



Cazarabet conversa con Ramón Acín acerca de "su ruta" con Jesús Moncada:
ramonacin.jpg-Amigo Ramón, ¿desde dónde surge el dedicarle “una mirada” a Jesús Moncada  en su paso y estancia en el Bajo Cinca y Bajo Aragón-Caspe?
-En realidad el libro es producto de una propuesta especial por parte del Departamento de Cultura del Gobierno de Aragón. Yo, que soy muy reacio a aceptar encargos, no pude decir que no cuando, además de darme libertad total en el enfoque del libro (algo que no es habitual en los encargos), me propusieron como eje de escritura a mi amigo Jesús Moncada y a su obra. El aluvión de recuerdos pasados conjuntamente en diversos espacios hacía fácil y muy grata la suma de evocaciones que podían ser sustancia vital para el libro. Y así fue como rememoré un pasado compartido con Moncada, miré en las obras leídas y a veces comentadas y miré en la amistad mantenida con un tipo excelente y sincero como muy pocos en el mundo literario. Ése sería el inicio del libro en cuestión, pero mi mirada tiene muchos años de pozo, en concreto desde finales de los años 80 del siglo pasado.
-Sigue la senda abierta, este libro o cuaderno de viaje tuyo en torno a Jesús Moncada de esas nuevas ediciones del Gobierno de Aragón en las que siguiendo la brecha abierta por un personaje, en este caso Jesús Moncada, se desliza por la Ruta Cultural, gastronómica y turística. Coméntanos por favor.
-El esquema general de la publicación era unir un personaje esencial de Aragón con su tierra de origen, ofreciendo miradas hacia adentro (el personaje) y hacia fuera (su espacio) y donde pudiera caber la mayor cantidad posible de aspectos relativos a ambos. Mi postura ante Moncada y su Mequinenza natal fue convertir nuestros encuentros y nuestros viajes conjuntos en la base del libro y, sobre esa base, superponer mi lectura del conjunto de la obra moncadiana, además de las conversaciones de nuestros encuentros, un triple buceo en la historia (el de Moncada, el de los historiadores o escritores del pasado y el mío), la mirada al paisaje y sus gentes y también el viaje personal entre otras posibilidades. Quería, en resumen, ahondar en lo esencial de Moncada y su Mequinenza natal observando todo ello desde diferentes puntos de vista. Pero siempre con el latido literario y anímico del Jesús Moncada detrás de mi cabeza al escribir, ése que yo intuí y sentí en las muchas charlas compartidas y en los paseos comunes en Barcelona, Zaragoza o Mequinenza.
-¿Desde o por qué te acercas tú, en particular, a la figura de Jesús Moncada?  En particular, ¿qué te llama la atención de este narrador e intelectual?
-Creo que con Jesús Moncada me unen muchas cosas, pero esencialmente una que es clave y que también observo en varios escritores que tienen un origen parecido y unos temas literarios similares y que también son amigos de verdad (Llamazares, Alfons Cervera, Giménez Corbatón, Mateo Díez...). Me refiero a esa clave común de los escritores nacidos hacia la mitad del siglo XX que, teniendo un origen y una infancia rural, acaban viviendo y desarrollándose en la ciudad. Como Moncada también tengo un paraíso perdido y unas raíces que, envueltas en la melancolía (no en la nostalgia como suele apuntar la crítica), tiran literariamente cuando se escribe. En suma, recordar un pasado, a veces trágico como ocurre con Mequinenza en Moncada, que ayude a comprender la vida y el entorno y que, al reflexionar sobre ellos, sirva también para comprenderse uno mismo.
En cuanto a la segunda parte de la pregunta, debo decirte que en Moncada son muchas cosas las que me llaman la atención. Desde su capacidad creativa y reflexiva, pasando por su maquinaria y andamiajes narrativos, hasta desembocar en su persona. Una persona sincera, próxima, propensa a la amistad y, en absoluto ególatra, que supo llevar a la cima literaria aspectos cotidianos, particulares e, incluso, recónditos a la universalidad; que supo despojar a Mequinenza de esencia privada y sin aparente importancia para convertirla en un espacio asumible por todo el mundo.
20131004171022-acin-por-j-m.jpg-¿Las tierras marcan a las personas o son estos personajes los que han dejado buena huella en las tierras?, aunque, personalmente, creo que la interacción es de ida y vuelta, ¿no?
-Sí, soy de los que piensan que la tierra y el paisaje marcan e inciden en tu biografía. La cerrazón o abertura de un paisaje, sin duda para mí, incide en la forma de actuar, de pensar, de comportarse. La observación paciente de la historia de un espacio y de la vivencia de la gentes que lo pueblan dan esquemas de comportamiento, porque uno se adecua siempre al entorno para sacar el mayor provecho de él. Somos humanos y debemos obrar así. Por supervivencia, simplemente. Pero, claro, tampoco debe olvidarse que la naturaleza se remodela en gran medida por la actuación de quien habita en ella. En ese sentido, hay interacción, vasos comunicantes o viajes de ida y vuelta. Algo que, en principio, debería ser beneficioso. En el caso de Jesús Moncada está claro. Sin Mequinenza no existiría el Jesús Moncada narrador, y sin Moncada, la vieja Mequinenza estaría, además de muerta y enterrada, olvidada. Moncada la ha recuperado para la memoria colectiva, española y universal, a través de sus narraciones. Ha dotado de memoria a lo que ya no tiene vida, Y así, Mequinenza sigue viviendo aunque ya no exista. Es maravillosa la fuerza de la narración como documento, porque ha vencido al tiempo, el gran elemento destructor y aplanador de los seres humanos.
-La verdad es que las rutas, hoy por hoy están en constante ósmosis. Si son culturales, seguro que son gastronómicas y que beben de todo aquello que guarda atención con “lo turístico”, ¿no? y viceversa. ¿Cómo lo ves?
-La vida siempre es vida y si uno quiere saber de ella debe atender al máximo de perspectivas. Pasado junto a presente e, incluso, sin olvidar las proyecciones de futuro. ¿Cómo separar lo esencial de lo vital y al tiempo cotidiano? ¿Cómo dar la espalda al pasado si uno busca comprender el presente que está antes sus ojos? ¿Cómo mirar o escudriñar al futuro sin volver la vista atrás para saber por dónde se camina? No hay sabiduría sin reflexión sobre lo ya acontecido, porque sólo así éste sirve de enseñanza, guía, modelo...para no errar y, cuando menos, para vivir mejor.
-La ósmosis de la que hablas es necesaria e, incluso, diría que obligada si se busca dar una visión lo más amplia posible acerca de lo que se pretende escribir (la totalidad es imposible, porque las perspectivas son siempre innúmeras). Una ósmosis que, asentada en el pasado como enseñanza, debe mirar al futuro como necesario y adecuado porvenir y, como estamos en Aragón (una tierra cada vez más destinada a servicios), el turismo es clave. Turismo, arte, historia, gastronomía, paisaje, servicios, recursos... todo debe ir de la mano. Además la literatura, como espejo del momento que el escritor vive, debe dar fe de lo que acontece, hurgar en el pasado de ese espacio que sirve de base a lo que acontece y, por supuesto, proyectar posibles vías de actuación en la vida futura. Eso está bien económicamente que es lo que hoy priva, pero también es interesante para la faceta humana y, digamos, que también para la espiritual que toda indagación literaria, sea de viaje o no, persiguen.
fotonoticia_20171004143531_640.jpg-En el caso de Moncada, ¿cómo era su interrelación con los pasos que sigues tu después en “lo cultural”?, ¿y en el camino de “lo gastronómico y turístico”?
-Para mí cultura y literatura, lo he dicho ya, son armas esenciales para la comprensión. Es más, escribo para entender lo que no entiendo. En este caso, escribí el libro pensando en remarcar aquello que, gracias a las conversaciones con Moncada y gracias a la lectura de su obra, acabé conociendo. El libro es precisamente eso: seguir las huellas del escritor de Mequinenza que habla de Mequinenza y de sus espacios vitales. Esos espacios que, a lo mejor sin pretenderlo (la literatura también actúa así en el proceso de escritura), fotografían más allá del espacio narrado y permiten ser observados y observar cuanto contienen con mirada universal. Sucede en la obra de Moncada, pues refleja bastantes años de la Historia de España y del devenir de los españoles en un pequeño universo (“la isla proletaria en un mundo agrario” que según Moncada era Mequinenza) con sus costumbres, profesiones, anhelos, sucesos, problemáticas... que la hacen transferible y asumible a espacios impensados. Además, está la tragedia de la desaparición, no se olvide.
-¿Hay algo que te haya llamado la atención o que hayas descubierto del particular universo de Moncada en torno a “lo cultural”, “lo gastronómico “  y “lo turístico”?
-Las posibilidades son muchas, pero yo me quedo con la pasión o con el amor por el espacio (espacios) descrito por Moncada en sus obras y con la pasión por lo que en ese espacio (espacios) se manifiesta. Entre ellos, el amor por la lengua materna, tan esencial. O el amor que lleva a darle vida a lo que ya está ausente y desaparecido.
-En tono a esta colección que se presume pueda tener a más protagonistas ¿nos puedes dar alguna pista si sabes de algún personajes o nueva ruta?
-No puedo saber que rutas van a seguir y las entregas producto de esta colección que me parece muy acertada. Y no lo sé porque no es un proyecto mío. Pero lo que sí puedo asegurar que existen muchos personajes aragoneses, con sus espacios y sus biografías, que sirven de manera vital a redescubrir tanto la historia personal como colectiva de esta tierra, amén acontecimientos transcendentales con enorme valor universal. El Aragón rural e interior, cerrado y desértico, tozudo y noble, etc. tiene muchísimas más aristas que ésas que la gente de fuera encuentra en los chascarrillos y en los tópicos.
-Cómo te has sentido haciendo de abrecartas de este sobre que es la ruta cuyo protagonista es Jesús Moncada  en torno a las tierras de la Comarca del Bajo Cinca y Bajo Aragón-Caspe?
-Si te digo que he vuelto a vivir, no miento. He vuelto a vivir momentos muy gratificantes, he recordado conversaciones llenas de enseñanza, charlas de amistad, momentos de felicidad... mientras recorría espacios y realizaba lecturas. El retorno, si se hace con reflexión, siempre es grato y beneficioso. Incluso he sentido la voz y he visto el rostro de Jesús Moncada en el castillo de Mequinenza, en la Plaza San Jaime de Barcelona, en las librería de viejo y los café del casco histórico, en mi casa de la Cartuja, en Caspe, en Fraga...La escritura del libro ha sido como volver a un tiempo cálido, de hermandad, de aprendizaje y de placer.



26720 Jesús Moncada. Comarcas del Bajo Cinca y Bajo Aragón-Caspe. Ruta cultural, gastronómica y turística. Ramón Acín    
79 páginas
10.00 euros
Gobierno de Aragón



El autor realiza un recorrido histórico y social vinculado a las creaciones literarias y a la vida del escritor. Lo hace por las comarcas del Bajo Aragón Cinca y Bajo Aragón Caspe, más concretamente por su Mequinenza natal, pero también por Fayón, Fraga, Torrente de Cinca, Caspe; pero sin olvidar Zaragoza, Barcelona o Lérida. También incluye notas gastronómicas relacionadas con él y una guía de patrimonio y museos de las comarcas.

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